Una de cal y no sé cuantas de arena.
Sí ayer celebrábamos la puesta en libertad de los secuestrados por CiAlqaeda en el Magreb, hoy; lloramos la muerte de tres españoles -dos guardias civiles y un traductor iraní nacionalizado español- en las lejanas tierras de Afganistán. La revuelta posterior de la población con intento de asalto de la base española de Qala e Naw, en la provincia de Badghis, es todo un indicador de cómo está de deteriorada la situación en una de las, en teoría tranquilas; zonas del país.
Srta Ministra de la Guerra Chacón; ¿Qué se nos perdió en Afganistán? Petróleo, gas, oro, opio o Bush Laden.
Y lamentablemente en Irak, con la falsa retirada y con el imperio parapetado en sus bases y el petróleo fluyendo hacia occidente, los atentados se repiten con una terrible y brutal monotonía. Los muertos los ponen los iraquíes.
Ésa es la gran Babilonia DEMOCRÁTICA que nos prometieron los voceros de la guerra y de la desolación. Ésa es la herencia que dejan para la posteridad los aprendices de jinetes del apocalipsis.